Hoy me hace mucha ilusión presentaros a una bellísima compañera y amiga: Lucía Gómez. a la que conocí en mi primer taller de cocina crudivegana. Alegre, valiente, apasionada, y una entusiasta de la alimentación saludable y del desarrollo personal, ella también ha dejado su trabajo para ponerle toda su energía a cocinar el cambio. Así es como se llama su blog, cocinando el cambio, el cuál os animo a que sigáis porque encontraréis recetas sanas y deliciosas, sin azúcar, gluten ni lácteos, y su página de Facebook, donde además os contagiará de ilusión con cada palabra.
¿Estás de mal humor? ¿Reaccionas a cualquier cosa? Es posible que sea porque no estamos bien con nosotros mismos. ¿Cuál es la razón?
Cuando tenemos una mala alimentación es probable que nuestro cuerpo se manifieste con dolores de cabeza, pesadez después de las comidas, acidez y un largo etcétera. Nos hemos acostumbrado a vivir con ellos y creemos que es “normal”, por eso no hacemos nada para cambiarlo.
Al tener esta serie de síntomas estamos de mal humor, o por lo menos no lo bien que deberíamos, porque nuestro cuerpo no está al 100% . Es fundamental responsabilizarse de lo que nos pasa. ¡Somos lo que comemos! Una manera de empezar a cuidar este cuerpito tan maravilloso que todos tenemos es darnos regalos en forma de alimentos.
Como todos sabéis, ¡siempre es mejor quitar que añadir! Quitar alimentos como azúcar, lácteos, refinados, procesados, carnes… es vital para detener la ingesta de tóxicos. Sobre esto puede profundizar Cris, que tiene unos videos buenísimos donde lo explica.
Volviendo a conectarte, hay gente que lo consigue a través del yoga, la naturaleza, deporte, la meditación, el coaching…pero al final el objetivo siempre es el mismo: AMOR HACIA TI MISMO.
Cuando te alimentas bien tu cuerpo responde enseguida al cambio y te encuentras mejor, con más energía, más vitalidad, como si en esta vida fueras más ligero de equipaje. Y eso te conecta con querer mejorar cada día. Es como si tu cuerpo y tu mente se hicieran amigos de repente. Tu cuerpo al estar bien te pedirá más actividad y te entran más ganas de hacer deporte, de moverte, de cuidarte. ¿Y la mente? ¡Esto es lo mejor de todo! Ella estará encantada de ver cómo cuidas a tu cuerpo y los pensamientos se volverán cada vez más positivos. Y como te quieres más, eres capaz de querer más. Es una rueda maravillosa.
En mi caso llegué al crecimiento personal a través de la alimentación. Eres capaz de evolucionar más rápido cuando tu cuerpo tu y mente están conectados. Algo que me sirve mucho cuando estoy triste es primero permitírmelo (no siempre tenemos que estar bien) y entonces me trato con mucho mimo: ceno tempranito y algo ligero, me acuesto pronto, lloro si es lo que me apetece, leo algo que me guste mucho y me echo unas gotitas de lavanda en la almohada para descansar mejor. Así es más fácil estar con la emoción, para que después pueda marcharse de forma natural, sin quedarse bloqueada porque no le has dado espacio para sentirla.
En resumen, para estar conectados es fundamental querer mucho a tu cuerpo (alimentación y deporte) y alimentar tu mente con pensamiento positivo.
Un ejemplo de las cenitas que me preparo para salir de la tristeza sería:
Crema de calabaza y col especiadas:
Ingredientes
- 1/2 calabaza
- 1/2 col lisa
- Un trocito de apio
- Pimienta
- Cúrcuma
- Pimentón
- Comino
- Sal marina
Elaboración
Cortar las verduras y ponerlas en una cazuelita con agua filtrada. Cocer a fuego lento hasta que estén blanditas. Y añadirle las especias al gusto.
Batir y servir con aceite de sésamo del primer prensado en frío y semillas de sésamo.