El Universo de Cris

CÓMO EVITAR LOS METALES PESADOS

Aunque si bien es cierto que la exposición a metales pesados ha sido algo que ha sucedido desde la antigüedad, (por la exposición a materiales de construcción tóxicos, en las obras de arte, en la tinta con la que se escribía…) es en los últimos años que se ha convertido en un gran problema de envenenamiento gradual.

El sistema no legisla en este área y no tiene en cuenta el efecto acumulativo de los cientos y cientos de metales que están en
las amalgamas metálicas en la boca, los alimentos, los envases de la comida, tejidos sintéticos, el agua que bebemos, el humo que se respira en las ciudades, las vacunas, la geoingeniería (estamos siendo fumigados a diario con metales pesados)… Cuando se estima que más del 80% de las enfermedades degenerativas están producidas por acumulación de metales pesados.

Un problema que silenciosamente nos va enfermando. La sintomatología de numerosos problemas hoy en día se debe a una acumulación de metales pesados.

Los metales pesados y su efecto en el organismo

Los metales pesados es un grupo de elementos muy heterogéneo con una definición no muy clara.
Son sustancias químicas, que debido a su densidad atómica y a otras características químicas, se denominan metales pesados. 

Se han convertido en las toxinas más perjudiciales que existen hoy en día. Su absorción es alta en general, y su eliminación complicada.
Muchos de estos metales pesados pueden estar durante décadas en nuestro organismo.

Los más habituales son el plomo, mercurio, cadmio. Pero otros metales como el aluminio, zinc, cobre, manganeso, también son muy perjudiciales.

Los metales pesados tienen especial adherencia al tejido graso, de ahí que se acumule más en cerebro y conexiones neuronales, y zonas 

donde se acumula grasa, como en el abdomen. Pero pueden también adherirse a órganos y a venas y tejido nervioso.

Generan un gran estrés oxidativo y roban minerales, afectan a la mitocondria celular. Producen efectos comunes, como falta de energía, pérdida de claridad mental, inflamación crónica, daño en la información genética, cambios de humor, depresión, insomnio, desequilibrios en la flora bacteriana, etc.

  • Los trastornos más graves que pueden producir, entre otros, son:
  • Plomo: anemia, esclerosis, cáncer de riñón.
  • Mercurio: autismo, depresión y problemas del aparato respiratorio.
  • Cadmio: cáncer de próstata, bronquitis, infertilidad y enfermedades vasculares.
  • Cobre: daño en el hígado, los riñones, anemia, irritaciones del intestino delgado e intestino grueso.
  • Manganeso: daño en el páncreas, el hígado, el sistema nervioso central, asociado al Parkinson.
  • Zinc: gastritis crónica e infección de las mucosas.

Se encuentran en el agua, en peces de gran tamaño por la contaminación marina, en el humo que respiramos en las ciudades, en medicamentos y vacunas, recipientes de almacenamiento de alimentos, en la ropa y detergentes que utilizamos.
Algunos de ellos quedan en nuestro ADN y son transmitidos a generaciones posteriores. La transmisión de la madre al bebé es muy alta en general.

Efectos de los metales pesados

Es muy difícil hoy en día que alguien no tenga acumulados metales pesados en su organismo.

Nuestros órganos depurativos no están preparados para la cantidad de toxinas al que le sometemos.

A través de ciertas analíticas  podemos comprobarlo. La detección de estos tóxicos se puede hacer mediante análisis de cabello, sangre, orina y heces. Hay sitios especializados en este tipo de analíticas.

Otras herramientas de diagnóstico que no nos dicen con precisión la cantidad acumulada de metales pesados, pero sí la presencia son: el microscopio de campo oscuro, la iridología, kinesiología.

Síntomas de que tenemos metales pesados acumulados son:

  • Falta de energía (que se puede ver acrecentada si hemos bajado de peso)
  • Aletargamiento mental
  • Ansiedad y falta de gestión emocional
  • Pérdida de memoria y poca claridad mental
  • Dolores musculares y neurálgicos
  • Dolor crónico
  • Insomnio
  • Sensibilidad en los dientes
  • Bajos niveles de vitaminas y minerales

¿Cómo evitarlos?

Muchos de ellos, hoy en día son inevitables, pero conocer en dónde pueden encontrarse, minimiza su exposición.

  1. Agua . Los sistemas de filtrado de las ciudades son obsoletos y no depuran estos tóxicos. Las conducciones 
antiguas de plomo hacen que este metal esté en una alta concentración en el agua que bebemos del grifo. La instalación de un sistema de filtrado en casa, es la forma de evitar la exposición, ya que las aguas embotelladas llevan otros tóxicos no menos perjudiciales.
  2. Alimentos. Peces de gran tamaño tienen una concentración alta de mercurio. El marisco, ya que son precisamente los que filtran el agua del mar de estos tóxicos. Vegetales y cereales pueden tener un alto contenido en cadmio, debido a la contaminación general de las aguas, la filtración de metales pesados por las aguas subterráneas, y fertilizantes contaminados. Los alimentos envasados en envases metálicos que no son de acero, tienen un alto contenido en metales pesados. Leche y carnes por los piensos, las aguas que beben, y las vacunas preventivas.
  3. Aire. El humo de los vehículos de combustión, los chemtrails para control climático, fábricas en las que se producen aleaciones metálicas, sistemas de ventilación del metro.
  4. Elementos de construcción. Pinturas y barnices, suelos cerámicos con algunos tipos de esmaltes, antiguas estructuras que contienen amianto, tuberías de plomo. Muchos de estos materiales tóxicos ya no se fabrican, pero existen en las construcciones de hace años y a las que estamos expuestos a diario.
  5. Medicamentos. Muchos medicamentos contienen metales pesados, como los antiácidos, y la mayoría de las vacunas contienen mercurio para su conservación.
  6. Cosmética e higiene. En tintes, maquillaje, cremas, desodorantes, productos de limpieza del hogar y de higiene corporal, pasta dentífrica.
  7. Tejidos. Los tintes de los tejidos y algunos acrílicos se mantienen en contacto con la piel y poco a poco se produce la absorción de estos tóxicos
  8. Amalgamas metálicas. Los empastes metálicos que se ponían hace años, están compuestos de mercurio, plata, cobre, estaño y zinc. Liberan sobre todo mercurio que inhalamos al evaporarse con el calor, los alimentos ácidos, reaccionar con otros químicos como en la pasta de dientes o por electromagnetismo.
  9. Utensilios en el hogar. Sartenes con revestimientos antiadherentes, utensilios de aluminio o acero de baja calidad. Cocinas de gas que emiten dióxido y monóxido de carbono. Utensilios de silicona con tintes de baja calidad.
  10. Tabaco. Tanto para el que fuma, como para los que respiran alrededor. Contiene arsénico, plomo, cadmio, niquel, y sustancias radiactivas como el polonio.

 

Es muy importante por tanto, cambiar nuestros hábitos de consumo para evitar cierta exposición a los metales: tener sistemas de filtración de agua y de aire, utensilios de cocina que no emitan metales, vivir cerca de la naturaleza, consumir alimentos ecológicos, utilizar recipientes de vidrio para conservar alimentos calientes, evitar pescados de gran tamaño y mariscos, lácteos, carnes (especialmente ternera). Si tenemos amalgamas metálicas, ir a un dentista especializado para extraerlas de manera segura…

Realizar depuraciones de metales pesados

Hoy en día con evitar no es suficiente, porque hay muchas sustancias que no podemos evitar, sobre todo el aire que respiramos.

Así que debemos incorporar complementos y alimentos quelantes de metales pesados en nuestro día a día y hacer depuraciones profundas de sangre varias veces al año.

Para depurar, necesitamos una o varias sustancias que atraigan ese metal pesado y lo transporten al torrente sanguíneo para que sea metabolizado por el hígado, y luego sea expulsado.

Si hay grasa abdominal acumulada, el movilizar esas grasas ayuda a poner a disposición de ser eliminados esos metales. Pero también si perdemos grasa y esos metales no son atraídos, buscarán otro lugar donde alojarse.

Las sustancias que pueden producir esta atracción del metal, se denominan quelantes. Las más potentes son la zeolita ,la chlorella, la clorofila y por tanto los vegetales verdes, y ciertos alimentos como el cilantro, las algas, los rabanitos, el brócoli, la cebolla y el apio…

también es importante, tener a punto el resto de órganos depurativos que se van a poner en marcha cuando hagamos detox de sangre como el hígado, riñones, intestino, piel y pulmones. Por eso en el Club Detox , Javier Llorens y yo, os proporcionamos protocolos de depuración integral, incluyendo detox de metales pesados profunda. Aquí tienes toda la información.

 

 

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