El artículo de hoy está escrito por mi amigo Arturo Castillo, chef de cocina vegana, crudivegana, ayurvédica y macrobiótica. Crudivegano de nacimiento y apasionado de la alimentación natural como medio para equilibrar tanto nuestro cuerpo como nuestra mente. Su especialidad es adaptar el menú a cada persona en función de su estado de ánimo, constitución y estado fisico y emocional, aplicando su poderosa intuición y los principios del ayurveda. Podéis deleitaros con sus recetas y consejos en su página de FB La Casita Bio. Hoy nos introduce conceptos sobre el ayurveda y la relación entre alimentación y emociones.
Después de años experimentando llegué a la conclusión de que todo hábito impuesto termina en ansiedad, estrés y rebeldía.
Desde muy temprana edad (15 años), empece a observar ciertos comportamientos del cuerpo y de la mente.No entendía por qué después de comer muchas personas tienen que dormir si o sí. Resulta que gran parte de ese impulso tiene que ver con las digestiones poco favorables y pesadas. Así que empece a fijar la atención en esos momentos de pura pesadez y caí en cuenta de que en realidad, comer no es lo mismo que nutrirse o alimentarse. En muchos casos comemos solamente por la emoción y placer que genera llenar los vacíos emocionales a través de un sin número de comestibles que no sólo tapan y enferma, sino que también nos desconectan de lo que realmente somos (galaxias de pura luz divina) llamemos lleno al intercambio de emociones que generan ciertos alimentos a los que estamos acostumbrados. Aveces escucho a personas decir: «Yo es que si no como patatas, pan, arroz o un postre después de comer me siento con hambre» ¿A qué tipo de hambre se refiere? ¡Sin duda emocional!
En realidad gran parte de la respuesta, se explica solamente viendo la forma en la que camina, respira y habla una persona. Aquí el ayurveda me cambió la vida. Quizás suene loco o extraño, les aseguro que se puede ver. Con el tiempo desarrollé una sensibilidad o canalización para diagnosticar desventajas alimenticias. ¡Todos podemos hacerlo!
¿Se han preguntado alguna vez, de qué se llenan cuando comes? ¿Desde cuando coméis como estáis comiendo ahora en este momento de vuestra vida, y ¿para qué coméis esos alimentos o comestibles?
Si estamos poco motivados, poco seguros, quizás falta de cariño o nuestros objetivos parecen no llegar nunca. En ese momento nuestras emociones cambian buscando salida desde la aprobación y somos más vulnerables a las opiniones de los demás. Ahí entra el que aveces se prefiere la reputación (encajar o ser aceptado) antes que la salud ¿Porqué ocurre esto? Bien, esto puede ocurrir por miedo al cambio de emociones del que de algún modo dependemos; al qué dirán y si llevo una alimentación diferente seré señalado y menguarán mis amistades o no tengo tiempo para cuidarme etc… Así que empezamos a repetir patrones de alimentación, que incluso dichos patrones son bastantes creíbles para el inconsciente, recuerdan momentos bonitos de la infancia.
Por ejemplo: los niños con gran apego a uno de sus padres concretamente puede ser a la madre o al padre, intentará imitarlo en todo. Esto no es nuevo, puede que ese niño cuando sea un adulto en ocasiones comerá los mismos alimentos que su padre o madre con el fin de sentirse más aceptado, premiado y reflejado en la figura modelo y buscará la manera de conectar a través de las emociones favoritas de papá o mamá de forma inconsciente. Puede que le gusten las mismas cosas, en general pueden ser sabores dulces, pues es la doctrina que algunos niños reciben. Alguna vez han escuchado: «Si te portas bien te doy chuchees» así que para poder acercarse al padre y cada vez que quiera sentirse querido buscará las mismas emociones que su inconsciente registró como el afecto de papá o mamá. En el caso de la comida está claro e incluso puede ser todo lo contrario, no soportar un alimento porque recuerda momentos de poca aceptación (trauma), así que en muchos casos esa persona pasa su vida buscando la contra.
Cuando conocí el ayurveda descubrí que podía acercarme sutilmente al Prakruti (equilibrio natural o estado natal) de cada persona y reequilibrar através del manejo de sus dosha (bio tipo) y rasas (sabores). A lo largo de los años he conocido a cientos de personas con desventajas alimenticias e intolerancias digestivas.Si entendemos que el Agni (fuego digestivo o capacidad para digerir) funciona con calor entonces podremos deducir que los alimentos muy fríos se digieren peor.
En el caso de una persona con una constitución pitta dominante, ocasionalmente puede hacerle bien algo frío o simplemente caminar descalzo en el suelo fresco. Pero curiosamente los dosha que necesitan más calor porque sus digestiones son poco regulares, son los que más les encanta un helado, es el caso de Kapha a quién le apasiona lo denso, dulce y salado, el picar entre horas, una cerveza… En el caso de vata este necesita comida más densa, pesada y a menudo encuentro a personas que ignoran o desconocen estos principios muchas veces prefieren una ensalada fría.
Cuando cocino para este tipo de clientes que buscan cumplir objetivos emocionales a través de texturas y sabores, lo primero que saco es la relación de los alimentos con momentos, familiares… Les hago ver que ese sabor o textura no forma parte de ellos, que en muchos casos son hábitos aprendidos ajenos a su Prakruti (estado natal) y por ello se sienten hinchados, con retenciones de líquidos, ánimo bajo, desequilibrados, ansiosos, lentos, pesados, poca empatía con los demás… Hay quién lava los platos con agua fía porque es el patrón que aprendió aunque en el fondo sabe, que el agua caliente desprende más fácil la grasa.
Me despido con este proverbio ayurveda que me encanta.
Cuando la alimentación es mala, la medicina no funciona. Cuando la alimentación es buena, la medicina no es necesaria.
Arturo Castillo (La Casita Bio)
3 Comentarios
Qué maravilla!!!Me ha encantado este artículo…Gracias
a ti Mónica! <3
Que bonito artículo y qué bonita persona la que lo escribe!! gracias por compartirlo